LIMBO

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Como suele ocurrirme desde que empecé en ésto, no soy totalmente consciente de hacia dónde apunto cuando me embarco en algún tipo de proyecto fotográfico personal. Es con el tiempo cuando las imágenes empiezan a plantear preguntas o respuestas, cuando se revela el discurso. Considero que la fotografía de autor habla del autor, hasta cuando el autor no lo sabe o no lo pretende. De esta manera, el diario que planteo a continuación cobró total sentido tiempo después de haberlo editado. Aún más, se cerró de una manera imprevista, tanto en lo personal como en lo puramente fotográfico, por lo que me llevó a buscar una forma de darle fin acorde a lo que realmente había significado todo ese periodo.

Limbo comenzó en 2009, cuando compré una Yashica compacta de 35mm y empecé a hacer fotos indiscriminadamente. Era una etapa en la que me buscaba en lo personal y en lo fotográfico. Me lo tomé como un experimento, el tipo de cámara y la forma en la que hacía las fotos, además de que por su pequeño tamaño llevaba la cámara siempre encima, rompían con la forma de fotografiar que había tenido hasta entonces. Me gustaba esa parte de juego, de descubrimiento, lo inmediato, el azar, sin pensar mucho antes de hacer la foto y sin una sensación de estar documentando realmente nada. Con esa actitud nueva para mí hice cientos de fotos, en una etapa de constantes cambios en la que me  trasladé a vivir a la ciudad, viajé, cambiaron las relaciones personales y amorosas, etc. En definitiva, y viéndolo con la perspectiva que da el tiempo, una transición en mi vida, y en cierto modo, también en mi trabajo fotográfico hasta entonces.

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80 Fotografías en color y b/n

Película analógica 35mm

Editado en 2019